La crisis desatada en Venezuela tras las elecciones de julio también pasa factura al turismo del megadiverso país, que redujo casi un 40 % su conectividad aérea, y al que varios Gobiernos recomiendan no viajar, lo que ha provocado que se resintiera la actividad, según representantes del sector privado.
La nación vive un aumento de las tensiones a raíz de la proclamada reelección de Nicolás Maduro y la denuncia de fraude por parte de la mayor coalición antichavista, lo que también ha generado una incertidumbre de cara al próximo 10 de enero, porque no solo el presidente, sino el opositor Edmundo González Urrutia, aseguran que jurarán como jefe de Estado.
Entretanto, países como Estados Unidos, Uruguay, Francia o España recomiendan a sus ciudadanos evitar los viajes a Venezuela, a donde no se puede volar de manera directa desde Panamá, República Dominicana, Perú y Chile, países con los que el Ejecutivo chavista suspendió las operaciones aéreas comerciales, luego de que sus Gobiernos cuestionaran la reelección de Maduro.
La presidenta del Consejo Superior de Turismo (Conseturismo), Marisela de Loaiza, dijo a EFE que ahora "es mucho más difícil" viajar a Venezuela, en vista de las escasas conexiones directas con el país, por lo que esa decisión gubernamental representa un "golpe fuerte" para el sector, que había tenido una "buena recuperación" el año pasado.
Actualmente, hay 110 vuelos internacionales cada semana, un 39,2 % menos que los 181 de antes de la suspensión, lo que, sumado al contexto de crisis política -marcado también por cientos de detenciones, incluyendo extranjeros, por supuestos planes terroristas-, redujo la ocupación hotelera y el "flujo de pasajeros", según la también presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas (ALAV).
Una recuperación "truncada"
El presidente de la Federación Nacional de Hoteles (Fenahoven), Alberto Vieira, dijo a EFE que el sector se ve "muy afectado por temas políticos", los cuales "dificultan el entorno y el dinamismo económico que requiere" el turismo.
Aseguró que esperaban para este año una "buena ocupación" luego de registrar un incremento en el primer trimestre por Carnaval y Semana Santa, y en la región capital por eventos como los conciertos del mexicano Luis Miguel y la colombiana Karol G, pero "después de las elecciones, se vio truncada la recuperación".
"Todo se ralentizó", sostuvo Vieira, quien señaló otros problemas como la "voracidad fiscal" y la "inestabilidad" de los servicios públicos, entre ellos el eléctrico, agravado en los últimos días, con mayor intensidad en la isla de Margarita, regularmente visitada por turistas extranjeros en vuelos chárter gestionados por el Gobierno.
Hasta la fecha, la ocupación hotelera promedia el 30 %, lo que supone una caída del 2 % respecto a 2023.
Pese a todo, se espera una mejora en Caracas y los estados Miranda y La Guaira, cercanos a la capital, por eventos relacionados con Navidad y Fin de Año, mientras el resto del país seguirá "muy afectado", agregó.
Planes frustrados
Desde el año pasado, según la presidenta de Conseturismo, una "gran parte" de las llegadas internacionales ha sido de migrantes venezolanos que visitan su país por motivos personales, lo que ahora "también se complicó".
Ese es el caso de una joven radicada en Países Bajos -que pidió no ser identificada-, cuyos planes de viajar a Venezuela a finales de este año, junto con su compañera de piso polaca, se frustraron.
"Ahora hay un ambiente de incertidumbre por el que no hallo qué hacer. Obviamente, ya no iré para Navidades porque está la fecha del 10 de enero, sobre la que todos tenemos mucha expectativa. He hablado con amigos que están en Venezuela, pero nadie sabe muy bien qué decirme", dijo a EFE.
La joven mantiene en pausa el plan de lo que sería su segunda visita en siete años desde que emigró, luego de un breve viaje en 2023, cuando se encontró con un país "muy distinto" al que dejó en 2017, entonces con una incipiente crisis hiperinflacionaria, escasez y alta inseguridad.
EFE