FMI proyecta que la inflación de Venezuela volverá a ser la más alta del mundo


Las más recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) ubican a Venezuela como la gran excepción de América Latina, con un panorama económico negativo para los próximos años y una inflación que se mantendría como la más alta del mundo.

Mientras el resto de la región muestra inflaciones de un dígito y crecimientos moderados, el país petrolero enfrenta cifras alarmantes que amenazan con reactivar la crisis social y migratoria. El FMI prevé que Venezuela cierre 2025 con una inflación de 548 % y un crecimiento económico de apenas 0,5 %. Para 2026, la proyección es aún más desfavorable: una inflación de 628 % y una contracción del producto interno bruto (PIB) de -3 %, muy por encima del promedio regional, que se mantiene entre 4 y 6 %, según reporta la corresponsalía del diario bogotano El Tiempo en Caracas.

El economista José Manuel Puente, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), advirtió que la situación es “abrumadora” para una economía que ya sufrió un colapso entre 2014 y 2020 y atravesó una hiperinflación durante tres años consecutivos. En entrevista con César Miguel Rondón, Puente explicó que, aunque el país salió técnicamente de la hiperinflación, los niveles proyectados siguen siendo “300 veces el promedio latinoamericano”, con consecuencias sociales “devastadoras”.

De acuerdo con el FMI, otros países de la región mantienen perspectivas mucho más favorables. Guyana continúa como el de mayor crecimiento, con tasas que superan el 30 % anual. Brasil y Colombia muestran estabilidad con incrementos cercanos al 2 %, mientras que Argentina apunta a una recuperación del 4 % en 2025.

Puente alertó que el deterioro económico ya impulsa una nueva ola migratoria. Según sus estimaciones, la cifra de venezolanos fuera del país —actualmente superior a los ocho millones— podría alcanzar los 10 millones para finales de 2026. Detrás de esta tendencia, dijo, se encuentran la aceleración del tipo de cambio, que pasó de 177 a más de 212 bolívares por dólar en menos de un mes, y el desplome del poder adquisitivo.

Una pensión de 130 bolívares más un bono de 50 dólares no alcanza para nada”, expresó Carmen Castillo, una pensionada de 72 años que enfrenta gastos médicos mensuales superiores a 40 dólares. De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), la canasta básica en marzo de 2025 costaba 526,83 dólares, una cifra inalcanzable para la mayoría de los hogares.

Puente atribuyó el repunte inflacionario a una “tormenta perfecta” de factores: la incertidumbre política derivada de las elecciones del 28 de julio, cuestionadas por más de 80 países; las sanciones internacionales contra el gobierno de Nicolás Maduro; y el descontrol del tipo de cambio oficial, que se ha cuadruplicado en un año.

A diferencia de otras economías en crisis, como la argentina, Venezuela no cuenta con financiamiento internacional. El país se mantiene en default desde 2017, con una deuda impaga cercana a los 100.000 millones de dólares. “No hay un solo dólar que venga del exterior ni perspectivas de apertura económica”, afirmó el economista.

Puente estimó que para reactivar la economía serían necesarios entre 80.000 y 100.000 millones de dólares de inversión extranjera y apoyo multilateral. Sin embargo, advirtió que eso solo sería posible con un cambio político. “Venezuela tiene hoy la economía con el peor desempeño macroeconómico del mundo, con una pérdida del 73 % de su PIB entre 2014 y 2020. Si no hay cambio político, no habrá cambio económico ni bienestar social”, sentenció.

VF
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